Magdala Center pretende ser un lugar de encuentro tanto de personas, de conocimientos como con uno mismo. Y no debe ser una meta en si misma, sino que es una parada en el camino que cada uno se ha establecido. Se plantea como una estación de bombeo para los visitantes que buscan algo especial en Tierra Santa.
Para conseguir esto los tres programas que se plantean para el centro deben estar unidos, que no implica un contacto físico directo entre sus contenedores.
Lo que unifica la Basílica, el Centro de Investigación y la Residencia es una trama ortogonal sobre la que se organizan las distintas piezas que conforman el proyecto de tal forma que su direccionalidad hace parecer que descienden del monte Arbel. Como resultado surgen una serie de espacios exteriores.
Se proponen una variedad de recorridos con distintas cualidades generados mediante la situación de lo edificado y por consecuencia el programa se une a través de espacios abiertos.
Se proponen una variedad de recorridos con distintas cualidades generados mediante la situación de lo edificado y por consecuencia el programa se une a través de espacios abiertos.
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