El objetivo es proponer un Centro Intercultural por la Paz (CIP) en Jerusalén en el que se produzcan una serie de actividades que promuevan relaciones que dejen de lado el conflicto palestino israelí. Es un proyecto ambicioso que de por sí no va a solucionar los problemas del lugar, pero aspira a ser un granito que ayude a ello.
Como solución se opta por actividades que promueva el saber, la adquisición de conocimientos por lo que se propone un Centro de Aprendizaje, en el que la forma de aprender sea principalmente práctica, pero que también haya acceso a la teoría.
Durante el aprendizaje adquirimos nuestra capacidad para relacionarnos con los compañeros y se producen situaciones que pueden favorecer las actitudes de cooperación, responsabilidad, tolerancia, igualdad y solidaridad, así como el respeto por la diversidad y la individualidad.
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